samedi, mars 03, 2012

Encuentro con Daniel Bourdon/Rencontre avec Daniel Bourdon


Rachel Mihault, Frédérique Martouret et Sophie Savary
Daniel Bourdon,  intérprete al filo de la realidad, autor auto excluido

Bourdon es un lector tenaz, gusta de escribir al margen, empieza tomando notas, que persisten para crecer en proyectos de traducción, no sólo con Cadenas, también con los escritores venezolanos Wilfredo Chacón o Alfredo Machado. Sus lecturas se hacen experiencia y se entrelazan con la memoria.
Inusitados elementos, pescados entre un café en Sábana Grande, Caracas, o una Brasseerde París, visitan esquivos la memoria. El narrador padece entonces las tretas de la realidad o de su reconstrucción; cómo sucede, por ejemplo, en L’opuscule, donde la media sonrisa me habita, como caraqueña, a todo lo largo del libro, gracias al ingenio del autor, secreto cultor de la picardía de nuestra lengua. El libro como objeto es la metáfora tangible de la lengua y sus mecanismos, leer es tocar un universo secreto y sagrado, son múltiples sus formas de contárnoslo. Una revista académica que no llega ser publicada, una obra que desaparece entre ficheros desclasificados, un autor que le tiene pavor al trazo mismo… el palpable mundo del libro impreso no hace sino jugarretas a un lector tenazmente detectivesco.
¿Un elemento común en sus relatos? Acaso la lucha contra el acto mismo de expresarse. Claro, escribir es otra forma de leer, un acto que nos acerca a la realidad pues como decía José Roa (uno de los autores soñados por Daniel) sólo las palabras son reales.
Paula Cadenas


Daniel Bourdon


 Je fus anonyme sous les péristyles, élu en franchissant le seuil de lourdes portes aux vantaux entrouverts, égaré à l’aplomb de quelques clés de voûte. («Le commun des mortels», dans Les gardiens du territoire).




On vous invite à lire aussi: 
«Daniel Bourdon: l'art d'inquiéter l'espace»
par Patrick Werly


«L'opuscule» 

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