vendredi, mars 09, 2012

Presentación de Los inocentes de Oswaldo Reynoso

Los inocentes de Oswaldo Reynoso,
Peysa, Perú, 1995.   
Los inocentes de Oswaldo Reynoso, un libro que bien valdría la pena traducir y publicar en Francia

Los Inocentes  es una novela de apenas 73 páginas que marcó un giro en la literatura peruana al incluir como protagonistas a la ciudad de Lima y a  una « collera » (banda) de jóvenes del centro de Lima.

«Cara de Ángel» y sus amigos atraviesan difícilmente el paso de la niñez a la edad adulta confrontándose a un medio social de familias desestructuradas en el que se van convirtiendo progresivamente en delincuentes, vividores, jugadores empedernidos, bohemios jaraneros, «capazotes» … y en el que suele ser complicado afirmar su identidad sexual cuando no corresponde a la norma.
                                                                                                                                                           «Cara de Angel», «El Príncipe», « Colorete », «el Chino», «el Corsario», «Natkincon», el «Rosquita» y «Carambola», nos llevan por el billar, el parque, el café del japonés o la peluquería (donde agita las tijeras «Manos Voladoras»), en una superficie claramente circunscrita por 4 grandes avenidas. Encerrados en aquel microcosmos, sueñan con un futuro que se antoja lejano e inasequible, sobre todo cuando llegan con ritmo desenfrenado el twist y la rebeldía de James Dean, y cuando el poco dinero en los bolsillos impide incluso soñar con las casacas rocanroleras y los pantalones americanos de la tienda Marqueti.


Los inocentes viven en un mundo que está cambiando. El éxodo rural, que ha triplicado la población de Lima en 20 años, modifica los rasgos de la ciudad y su composición social. «Todas las sangres » que menciona José María Arguedas, comienzan a compartir el espacio limeño, aunque ello no necesariamente signifique convivir. 

En la prosa poética y popular de Oswaldo Reynoso,  para «Cara de Ángel», «el semáforo es caramelo de menta: exquisitamenta. Ahora, rojo: bola de billar suspendida en el aire» ; en la cantina «se toma cerveza y la espuma se bota al suelo cubierto de aserrín húmedo y sucio» ; los muchachos tararean «Annliyuu», guarachas o «Ansiedad» y aunque Oswaldo Reynoso los llame «Los inocentes», estos jovenzuelos no son unos angelitos.

Franca Linares Scarcerieau

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