samedi, mars 03, 2012

La tristeza del Samurai, el gran policíaco de la temporada

Editorial Alrevés, Barcelona, 2011.    



LA TRISTEZA DEL SAMURAI
de Víctor del Arbol 
Editorial Alrevés, Barcelona, 2011.    

En Barcelona una mujer al borde de la muerte enfrenta un juicio por asesinatos. Esta elucubrante situación no es sino el desenlace de las vueltas que da el destino. 


¿Cómo llegó Maria Bengochea Guzmán, abogada exitosa y honesta en la democracia incipiente española de los años 80, a ser perseguida por los tentáculos del facismo?  Al lado de su lecho de hospital, su padre, ex miliciano común de la falange, tiene la respuesta. Aquel señor, la cuida.  ¿O la vigila?

María se entera brutalmente de su historia, de la implicación del padre, del suicidio de la madre. Cuarenta años después, el pasado no perdona y arremete contra individuos inocentes.

Con el pasado aparecen también dos jóvenes, los hijos de Guillermo Mola, jefe de la Falange de Badajoz en 1941. Al primero, Fernando, le inculca el odio desterrándolo a Siberia. Al segundo, Andrés, niño « especial » del cual se deshace encerrándolo en un manicomio, le inculca la sed de venganza. Este niño es el samurái de la novela. Aquel que a corta edad recibió de regalo un sable japonés, símbolo de la valentía y del dolor, con el que desató su locura y se convirtió en asesino. El camino de la perfección diseñado por el padre llevó a los dos hermanos a la autodestrucción y no dejó espacio posible para el consuelo. Dentro de la tragedia de esta familia maldita, la madre, Isabel de Mola, no llegó a ver a sus hijos crecer ni pudo protegerlos : fue asesinada por orden de su marido por conspirar contra la Falange.   

En algún lugar del presente liberan a una mujer de un secuestro que le ha robado la infancia e incluso la juventud. Para ella la vida está por empezar. Sin embargo, ¿se puede volver a empezar habiendo acumulado tanto dolor? ¿Habrá otras maletas repletas de historas trágicas por desempolvar? ¿Cabe la ilusión en una democracia reciente que oculta los dolores de su pasado?

Para el narrador la respuesta parece ser clara. Resulta difícil construir su propia vida porque los errores de los padres se perpetúan en los hijos. Igual que las culpas o porque la nueva democracia en la que viven posee los mismos vicios de todo gobierno.
                                                    
El título La tristeza del samurái evoca la tristeza del niño no reconocido en su diferencia y abandonado a la buena de Dios. Pero también representa la tristeza y el sufrimiento que el ser humano es capaz de engendrar en la complejidad de su historia.

Franca Linares Scarcerieau

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